Por Toni Roderic, Los Verdes de Melilla.
Esta semana pasada, tuve que pasar la frontera de Melilla con Beni Enzar, en horas diversas y en días distintos. En coche. Afortunadamente, uno tiene los nervios bien templados -gracias a los años- y no se me ocurrió ninguna salida de tono con los agentes. Con la Ley Mordaza cualquier cosa hubiera sido posible. Aunque la situación demencial de nuestra frontera no es responsabilidad de los mismos.
Valga decir que la vez en que pasamos más rápidamente tardamos hora y media, en otro caso dos horas y en un tercero casi tres.
Creo que no hay que explicar excesivamente que esta situación, que se arrastra desde hace mucho tiempo, es letal para la economía melillense. Es una de las causas fundamentales del declive económico de la ciudad junto a los problemas de los marroquíes para acceder a la ciudad y a los problemas de transporte junto a la imagen que desde el gobierno central se da de Melilla. Además de la falta de un proyecto de futuro.
Llegados a este punto, qué quieren que les explique que ustedes no sepan ya o imaginen, ¿verdad? Pero con un responsable incapaz –El Barkani– y un ministro inepto, ¿podríamos tener otros resultados? No creo que la historia trate con benevolencia a ninguno de los dos pero solo con la gestión de la frontera ya hay para hacer un buen libro de sus incompetencias.
El próximo gobierno que salga de las elecciones de diciembre tiene que actuar urgentemente en este tema. Tendrá que acordar con Marruecos unas formas diferentes de gestionar la frontera y -con todos los medios de control que se quiera- cambiar en profundidad la administración de la misma. Si esto continúa así por más tiempo, asistiremos en poco tiempo a la defunción de Melilla si no estamos asistiendo ya. Es necesario que se pongan las bases para otra Melilla. La de Imbroda, El Barkani, Fernández Díaz y Margallo ya no se aguanta ni un minuto más.