Por Toni Roderic, Los Verdes de Melilla.
Llevamos medio mes de agosto y convendrán ustedes con un servidor que está resultando un mes peculiar y divertido. Y más aún en nuestra Melilla.
Primero, con el espectáculo de la investidura de Rajoy y con el cambio de Ciudadanos, aquellos que decían que jamás votarían a Rajoy, luego que se abstendrían y, ahora, que votarán a favor si el PP acepta seis puntos que el PP no puede aceptar entre otras cosas porque si los acepta, Imbroda se queda sin medio gobierno.
En esta línea, y en Melilla, hemos conocido que un miembro del gobierno de Imbroda, investigado por la UCO de la Guardia Civil, en los aledaños de la operación Tosca, por haber recibido presuntamente dádivas de una empresa -en concreto un viaje a Milán y otras prebendas- llega con todo su morro y le adjudica una caseta en la Feria a esta misma empresa. Con lo cual, estamos haciendo un pan como unas hostias y no sé qué dirá de esto Imbroda si ha de seguir las normas de Rivera. O qué dirá la Hacienda pública de un político que obtiene presuntamente ingresos extras y no los declara. ¿Hacienda somos todos? ¿La ley la hemos de cumplir todos o los miembros del gobierno de Melilla están exentos?
Estos días, hemos conocido, también, el escándalo de la falsificación de los carnets de conducir, como antes hubo los de patrones de yates. Parece que, en Melilla, el que no corre, vuela. Lo que no me creo ni me creeré, en este y en los anteriores casos, es que los dos pringaos que han cogido sean los máximos responsables. Y que nadie supiera nada. A otro perro con ese hueso pero por encima estoy seguro que había más gente en el negocio.
Hoy, he conocido que la ciudad se ha gastado 60.000 euros en una estatua hortera e innecesaria. Cuando tenemos casi el 80% de los jóvenes menores de 25 años en paro y sin futuro.
Y, para acabar a lo grande, este mes tan divertido, tenemos la polémica del Aid El Kebir y de los borregos con esas manifestaciones a favor de la legalidad de dos personajes como Velázquez -condenado por saltarse la ley en beneficio personal- y del Delegado del Gobierno, que es el responsable del incumplimiento flagrante de la ley cada día en la frontera con el tema del contrabando; y la guinda en este problema -supongo que para templar gaitas y demostrar buena voluntad- la ha acabado poniendo ese personaje de una ética tan colosal, pura, gigantesca y exorbitante como el presidente de la Autoridad Portuaria -procesado e investigado por diversas causas- que llama al líder del principal partido de la oposición “peligroso para la convivencia, lacra y deseándole un pronto ingreso en prisión”. Y todo esto a pocos días de una manifestación convocada en defensa de las tradiciones.
Lo dicho, un agosto peculiar y divertido.
