Por Toni Roderic, Los Verdes de Melilla.
El pasado día 9 de marzo, un ciudadano marroquí arrolló a un guardia civil en el puesto fronterizo de Farhana cuando el agente le daba el alto en un puesto fronterizo en obras y con dificultades para la circulación.
El ciudadano marroquí fue detenido e ingresado en prisión durante una semana hasta que se realizó el juicio en el cual el Ministerio Fiscal pedía 4 años de prisión para el acusado con el peregrino argumento de ser el presunto autor de un delito de atentado a la autoridad. Y aún suerte de que no lo acusaran de terrorismo ni de incitación al odio.
La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 absolvió al conductor por falta de intencionalidad ya que pudo haber sido deslumbrado dada la masificación caótica que se acumulaba en la zona de acceso. Y que el ciudadano marroquí cuando oyó el golpe detuvo el vehículo y se interesó por el agente de la Benemérita.
Como que, además, el acusado no tiene antecedentes penales sorprende la desproporcionada petición de pena que había formulado el Ministerio Fiscal, habitual en la Fiscalía melillense, sin que sepamos exactamente el por qué de esta decisión a la que afortunadamente ha puesto coto la magistrada.
Pero lo que ya excede de cualquier comportamiento democrático o cristiano o mínimamente responsable es la campaña de odio -esta vez sí, señor Barkani, debió actuar usted- que se generó en una parte de la sociedad melillita -la que se caracteriza en las redes por fomentar el odio racial- contra un pobre hombre que tuvo un accidente sin culpa alguna y que ya pagó, desgraciada y desproporcionadamente, la pena de detención durante una semana.
Esta clase de gente que fomenta el odio racial, después de la sentencia exculpatoria, debe ser denunciada penalmente. Por que esta sociedad, nuestra Melilla, no puede tener un futuro de concordia con estos generadores de odio, con estos creadores artificiales de alarma social que utilizan cualquier cosa para buscar el enfrentamiento y el odio entre comunidades.
El daño irreparable que causan estos posicionamientos han de ser desterrados de la sociedad melillense por las vías que sean.