Por Toni Roderic, Los Verdes de Melilla.
Si nos dejamos llevar por los aplausos, las ovaciones y las manifestaciones de los nuevos concejales de nuestra ciudad, son muy pocos los que no están contentos y encantados de haberse conocido.
Dicen, además, que, a partir de ahora, ¡qué maravilla!, los que han gobernado durante 15 años harán nuevas mejoras en la gestión y en la gobernación –esperamos que sin errores administrativos esta vez- en un escenario de estabilidad institucional –esperamos, también, que, ahor,a sin insultos, ni descalificaciones, ni deseos de cárcel para los contrincantes políticos.
Próximamente, conoceremos a quienes corresponden los excelentes sueldos que la ciudad –todos nosotros que pagamos- concede a los concejales contentos y a los amigos y paniaguados que colocan como asesores, como consejeros, vice-consejeros y presidentes de empresas públicas. Y si se contempla alguna reducción, dada la crisis que padecemos, porque parece que de esto –de la reducción de la pasta- no habla el pacto PP–PPL.
Felicitémonos, sin embargo, porque entre los objetivos de los concejales contentos –y de los que próximamente se acercarán al gobierno para estar aún más contentos- se habla, ¡ojo!, de medidas para el desarrollo económico. ¡Estamos salvados! Afortunadamente tenemos un amplio plantel de concejales contentos con un historial de éxitos económicos sin parangón que sin duda convertirán a Melilla en la Mónaco del norte de África. Y eso lo harán ahora con el pacto PP–PPL. Como también se plantean prevenir la corrupción, aumentar la participación, hacer de la transparencia su misión en la vida y desarrollar un urbanismo racional y sostenible.
Nada, que leyendo el comunicado del pacto de los concejales contentos, no sé yo ya si me tengo que poner también contento, ponerme un gorro y tocar el pito, o tomarme un “almax” para prevenir la acidez de estómago que me provoca la burla miserable y constante de unos políticos que hubieran quedado mucho mejor diciendo que el pacto lo hacían para lo que todos sabemos: para continuar en el “machito” y cobrando.
Al final, los más coherentes van a ser los que no otorgan que nos chuleen con desprecio, escarnio, desaire, engaño, estafa, fraude y camelo. Un servidor tampoco otorga.