Por Yonaida Sel·lam (Intercultura) y Toni Roderic (Los Verdes de Melilla).
Este domingo, en las redes sociales, hemos tenido conocimiento de un vídeo en el que, al parecer, un guardia civil desde la garita del comienzo del dique de la Hípica, gritaba y profería insultos racistas contra un hombre musulmán que estaba en la playa, sin molestar a nadie porque nadie había en la playa debido al fuerte viento, y que deja en un muy mal lugar a la Guardia Civil, por un lado, y al Estado por otro, ya que no es demasiado ejemplar el que un miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad se dedique a hacer este tipo de grabaciones durante su servicio y, además, demuestre -de forma tan burda- su falta de profesionalidad.
Cuando el comportamiento esperado de un servidor de los ciudadanos, y que cobra de nuestros impuestos, hubiera sido el de socorrer -o avisar del peligro que corría- a un ciudadano, vemos que se dedica a grabar en forma de burla y profiriendo sandeces racistas -y que luego cuelga en las redes- para solazarse en la ideología del esperpento. Y que lleva como consecuencia el que dudemos de que personajes así puedan garantizar no solo nuestra seguridad, sino también que tengan un mínimo de sentido común para convivir con una sociedad multicultural como la nuestra. Por lo que debe ser expulsado del Cuerpo.
Después de ver y escuchar el vídeo en cuestión ya no nos extrañan otras formas y maneras de actuar por parte de otros miembros tanto del gobierno de la ciudad como del gobierno del Estado. Ni nos extrañan decisiones o actitudes para con las minorías, para los menores mal tutelados de la ciudad, para con los comerciantes, para con los usuarios de la frontera, para con los excluidos socialmente, para los jubilados, para los derechos de las mujeres, o para demostrar una cierta empatía, y solidaridad, para con los necesitados de ella.
Este camino por el que transitan nuestros gobernantes nos abocan a un futuro de conflicto, sin esperanza y poco ilusionante. Lo contrario de lo que necesitamos. Y que demuestran el agotamiento de la política del PP y su falta de proyecto para una sociedad que ya no aguanta sus conductas.