El cambio horario en España empezó en el año 1942 cuando el régimen franquista quiso adaptarse en todo al régimen nazi y adoptó la Hora Europea Central -la de Berlín- en la que todavía continuamos en vez de adaptarnos mejor o al horario europeo occidental -el de Greenwich- que es el que nos correspondería por nuestra situación geográfica -el de Portugal, Reino Unido, Marruecos y Canarias- o al horario solar sin cambios. Los Verdes de Melilla sabemos que el cambio de hora, tanto en otoño como en primavera, obedece a una Directiva Comunitaria que intenta favorecer el aprovechamiento diurno de la luz natural y el ahorro energético. Si adelantamos los relojes conseguimos que no amanezca tan temprano y alargamos las horas de sol por las tardes, pero el potencial de ahorro en iluminación- según algunas fuentes- que genera esta medida puede suponer un 5%, lo que equivale a 300 millones de euros de acuerdo con los precios actualmente vigentes, que se podrían ahorrar con una gestión mejorada de la iluminación de viviendas y ciudades.
Toni Roderic, presidente de La Federación de Los Verdes de España ha manifestado que “incluso este cálculo está cuestionado hoy en día porque al hacer más largas las tardes aumenta el uso del aire acondicionado en verano que disminuye el ahorro energético”.
“No obstante, y aunque ya se ha convertido en costumbre, el cambio horario en primavera no resulta inocuo para la salud. Todos los especialistas señalan que nuestro organismo tiene un regulador horario que está en el centro del cerebro, y que se regula mediante la luz solar y los estímulos del entorno; regula un ciclo diario que afecta a los niveles de las hormonas y actividades celulares por lo que, cuando cambia el ritmo de la luz de fuera o el ritmo de las tareas, puede desorientarse. El cambio horario produce -sobre todo en primavera- alteraciones en el sueño, mayor cansancio, apatía, irritabilidad y/o ansiedad. Además en algunas personas, por su profesión, sus características, edad, ritmo de vida o presencia de enfermedades, pueden ser mas vulnerables” -ha indicado Roderic.
“Como que en primavera se cambia el horario al que estamos acostumbrados, al irse antes la luz del sol y llegar antes la noche, estamos haciendo todo una hora antes y nos resultará más difícil conciliar el sueño o mantenerlo, los trastornos del sueño -de peor calidad- son constatables para todas las personas por lo que al día siguiente no estaremos tan bien como se supone que estaríamos si nos hubiéramos dormido a la hora que el cerebro esperaba, faltando un estudio serio de cómo afecta a la siniestralidad laboral” -ha señalado Toni Roderic.
“Desde Los Verdes, pues, manifestamos nuestra oposición al cambio horario de este fin de semana ya que creemos que no está justificado ni por nuestra posición geográfica, ni por un falso ahorro energético que se dilapida en todas las ciudades y fiestas, porque crea problemas de salud y porque el horario solar llevaría aparejado un cambio de nuestros horarios laborales que ayudarían en la conciliación familiar” -ha concluido el Presidente de la Federación de Los Verdes.