Por Toni Roderic, Los Verdes de Melilla.
Estos días, hemos conocido unas irregularidades que se han podido cometer en la gestión de la denominada cuenta 413, que la Ciudad Autónoma destina a pagar a acreedores por operaciones pendientes de pago, que no se han aplicado a los presupuestos.
Para que nos entendamos todos, son facturas que no se han pagado -muchas de ellas porque el Interventor ha puesto reparos de legalidad- y que se han guardado en un cajón porque no deberían haberse contratado.
Estamos hablando de más de dos millones y medio de euros que no quisiéramos ser mal pensados pero que en cantidades pequeñas iban a ciertos bolsillos. Cantidades y gastos que no estaban consignados en los presupuestos y que no hay constancia de quién ha autorizado el gasto ni de dónde han sacado la factura.
Entre estos gastos de la banda, y para que ustedes se hagan una idea, está la factura por las bandas de miss y mister Melilla. Por las que hay una factura -sin pagar de momento- de 2.500 euros por cada una de las bandas.
Yo no sé si nos damos cuenta de lo que esto significa pero, como mínimo, nos demuestra cómo se hace la gestión de nuestro dinero y con qué desparpajo se lo gastan al margen de la legalidad vigente y del sentido común. Esto en el mejor de los casos. Porque, en el peor, el PP e Imbroda deberían explicar estos tejemanejes económicos: por qué suceden, a quién benefician, quién los autoriza y si tomarán alguna decisión al respecto…
Y, en el tema de las bandas, qué quieren que les diga. Si en cualquier empresa hay un desahogado que intenta cobrar una factura de 2.500 euros por una banda, dura minutos. Aquí, con la lógica de la banda, te pueden cobrar 2.500 euros por una banda o decenas de miles por una chocolatada.