Por Yonaida Sel·lam (Intercultura) y Toni Roderic (Los Verdes de Melilla).
Decía Montesquieu que “no existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencia de justicia”. La nueva configuración del gobierno español, con el consiguiente nombramiento de una nueva delegada del gobierno en Melilla, nos ha puesto de manifiesto, nos ha desvelado, algo que, aunque ya conocíamos, ha quedado ahora diáfano para todos en general y para la comunidad musulmana en particular: y es que durante los años 2016 y 2017 el Partido Popular de Imbroda, Barkani y Paz Velázquez ha sido el culpable de que los musulmanes de Melilla no hayan podido celebrar su festividad más importante, el Aid el-Adha. Para lo cual montó todo un entramado de órdenes ministeriales con el fin exclusivo de que los imazighen no pudieran comprar sus corderos en donde tradicionalmente lo había hecho durante centenares de años y según sus costumbres y tradiciones.
En este entramado legal armado, además, se beneficiaban algunas empresas de aquí y de la península sin que sepamos exactamente a cambio de qué. Y que al final eran los que decidían -al margen de la Ley de Libertad Religiosa– el cumplimiento de un precepto religioso en una deriva absolutamente demencial de lo que debiera haber sido el respeto y el sentido democrático del gobierno de Mric, del gobierno de una ciudad de mayoría musulmana.
Por si todo esto no fuera suficiente, el gobierno del PP de la ciudad continua con su política de acoso y derribo a las tradiciones religiosas musulmanas y, cuando desde la nueva delegación del gobierno de Melilla se hace un esfuerzo para cambiar la tiranía de las nuevas leyes implantadas por el PP, adecuándolas en un breve espacio de tiempo, a la posibilidad de buscar una solución al problema, explorar una posible solución, las únicas respuestas por parte del PP es la de imposibilitar cualquier desenlace satisfactorio para todos utilizando la mentira, la manipulación, la campaña en las redes sociales, el insulto que rayan en la discriminación y la segregación que está en el fondo de sus intenciones.
Nuevamente, por tanto, hemos de denunciar que se intente limitar un derecho fundamental como es la libertad de culto y que se pretenda impedir aquello que fue habitual hasta hace dos años. Y aunque creemos que desde el Gobierno del Estado, y desde la Delegación del Gobierno, tampoco se está haciendo todo lo que esperábamos para solucionar el deseo de la comunidad musulmana para cumplir con la Ley de Libertad Religiosa, tenemos que poner de manifiesto que ya no toleramos más engaños por parte del PP de Melilla.
Evidentemente demostradas, destapadas y exteriorizadas, las intenciones del PP y la realidad de su política antimusulmana -no solamente en Melilla, sino también en la Comunidad Valenciana negándose a que se impartan clases de religión islámica en las mismas condiciones que cualquier otra religión- desde Intercultura y desde Los Verdes hacemos un llamamiento para que los musulmanes de Melilla en particular, y los demócratas en general, actúen en consecuencia y pongan a cada uno en el sitio que se merecen. Cuando no existe el más mínimo respeto por una comunidad, no puede haber -por parte de esa comunidad- ni un solo elogio, ni una sola manifestación favorable, ni un solo voto para con aquellos que marginan, excluyen socialmente, discriminan y segregan. Y para ello haremos todo cuanto esté en nuestras manos para lograrlo.