Por Toni Roderic, Los Verdes de Melilla.
Eso decimos los valencianos cuando se desnaturaliza una posibilidad -o un objetivo- antes incluso de iniciar su andadura -utilizando un símil gastronómico de la comida colectiva de la paella.
Viene esto a cuento al observar las relaciones entre los socios del pacto de gobierno PP–PPL. Cuatro días después de nombrar los miembros del gobierno, en el que Imbroda incumple el pacto firmado que, en su compromiso nº 1 del objetivo 2 “Una ciudad libre y bien gobernada”, exigía la “reducción de las consejerías existentes hasta el momento, así como las de las viceconsejerías” pasando de 20 consejerías y viceconsejerías, a 23 -para que ustedes puedan comparar, en Ceuta hay 8-, se produce la tercera crisis entre los socios, prometiendo Imbroda rectificar a instancias del PPL.
Y es que lo que, en realidad, ha hecho Imbroda es mantener la estructura institucional de los miembros del PP, añadiéndole el peaje al PPL. Para ese viaje, pues, no se necesitaban alforjas. Lo mismo de siempre y con los mismos actores. Hay, evidentemente, pocos cambios también de personas –las imprescindibles por ineptitud manifiesta- y ninguna oportunidad a la austeridad tanto económica como de cargos. Para Imbroda, para el PP y para su gobierno, no existe la crisis ni han hecho esfuerzo alguno por acomodarse a ella. De momento, más gasto público, una administración sobredimensionada y muy poca ilusión nueva.
Previamente, se habían producido -que sepamos- un par de encontronazos más: el intento de denuncia, por parte del gobierno Imbroda de Liarte por la denuncia que hizo aquel de la famosa rotonda de acceso al aeropuerto, nueva marcha atrás, y la filtración de una grabación de la famosa actuación de Paz Velázquez en el Karaoke de la Taberna.
Para acabar de rizar el rizo, Imbroda continua con su prepotencia chulesca al decirnos a los ciudadanos que a nosotros no nos importa si se cumple el pacto o no –como si los sueldos de toda la cuadrilla no los pagáramos entre todos a escote- y, además, nombra viceconsejero de Bienestar Social a Hassan Driss, procesado judicialmente por un presunto delito electoral continuado cometido supuestamente durante las elecciones de 2007 (está acusado de la compra de votos a cambio de vales de alimentos) lo que incumpliría también el pacto y nombra viceconsejera a su señora esposa, dejando a su partido -que había criticado duramente los nombramientos de Ada Colau y de Manuela Carmena de familiares- con el culo al aire. Dando la sensación, en esto de los nombramientos, y en lo que se avecina, que Imbroda se ha puesto el mundo por montera y ha llegado a teorizar que para lo que le queda de estar en el convento, cuatro años o menos, a tope y a por todas. Y el que venga después –sea o no de su partido- que arree.
